No importa la posición que ocupes, o donde te encuentres, procuremos ser fiel a nuestro padre celestial. A Veces llegan momentos de desesperación. Hay ofertas y tentaciones, pero nada produce más satisfacción y alegría que serle fiel a nuestro Señor. Esa fidelidad comienza en nuestros pensamientos, en la soledad de nuestra habitación. Cuando aparentemente nadie nos observa. En los contenidos que vemos en las redes, en las conversaciones que asumimos.

Seamos fiel en las pequeñas cosas, en las cosas simples, a Dios le encanta eso. Nadie engaña a Dios, Él conoce nuestros corazones. El salmista David escribió:

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.
Salmos 139:1‭-‬3 RVR1960

David fue promovido sin el esperarlo. Se encontraba en el campo enfrentándose a los osos y leones, desechado por su familia, olvidado por sus padres, pero cerca de Dios a través de los salmos y alabanzas. Cuando nadie tomaba en cuenta a este muchacho, Dios sí lo hizo. Lo seleccionó y lo marcó por encima del sistema y de los estereotipos, por encima de las expectativas y las opiniones de la gente. ¿Por qué? Sencillamente, porque fue fiel en lo poco, porque aprendió a adorar a Dios. Porque asumió su llamado con amor y pureza de corazón.

De ser un simple pastor de ovejas, se convirtió en el rey de Israel, desafiando y venciendo a gigantes, enfrentando a los enemigos. No necesitó promocionarse ni venderse, Dios lo hizo por él. ¿Sabes por qué? Simplemente, porque la autopromoción jamás remplazará a la promoción divina.

En la parábola de los talentos, vemos lo siguiente:

Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Mateo 25:23

Estoy seguro de que Dios te va a promover, vas a ascender. Tu vida económica mejorará, pero debes honrar al Señor con tus diezmos y ofrendas. Tu ministerio crecerá, pero debes pasar tiempo con Dios, obedecerle, caminar en integridad. Tu familia será bendecida, pero debes ser un buen modelo.