Círculo de Fuego
Hay una verdad que todos debemos abrazar: no podemos caminar solos hacia el propósito de Dios.
El sabio Salomón lo expresó con claridad en Proverbios 18:24:
“Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.”
Escoger a las personas que forman parte de tu círculo más cercano es una de las decisiones más importantes de tu vida.
A ese círculo yo lo llamo “círculo de fuego”: personas que no apagan tu fe, sino que la encienden; amigos que aman a Dios,
que oran contigo, que te aconsejan con sinceridad, que celebran tus triunfos, que ríen contigo y también lloran cuando es necesario.
Ese círculo íntimo tiene un valor incalculable, porque no solo comparte tus alegrías, sino que también te corrige con amor cuando lo necesitas.
Durante mucho tiempo yo le daba acceso a todo el mundo a mi vida. Contaba mis sueños, proyectos e ilusiones sin filtro alguno.
Pero aprendí, a veces de manera dolorosa, que no todos se alegran de nuestro bienestar. Hay quienes, en lugar de animarte, se convierten en expertos en matar sueños, criticar y murmurar.
Tuve que entender que necesitaba rodearme de personas genuinas, amigos verdaderos, y cerrar ciertos círculos.
Personas a quienes les compartía mis alegrías y frustraciones se apartaron cuando comencé a tomar decisiones firmes. Algunos me juzgaron, otros me desearon mal.
Pero Dios me dio una gran lección: hay que saber escoger amigos que amen Su Presencia y vivan en justicia. Como dijo David:
“Me rodearán los justos, porque tú me serás propicio.” (Salmos 142:7)
Necesitamos rodearnos de personas que enciendan nuestra fe e inspiren nuestro crecimiento.
Un ejemplo poderoso lo encontramos en Marcos 2, en la historia del paralítico que fue llevado por cuatro amigos hasta Jesús.
La casa estaba llena y no había espacio para entrar. Pero esos amigos, en lugar de rendirse, subieron al techo, lo abrieron y bajaron a su amigo en una camilla.
La Biblia dice:
“Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: ‘Hijo, tus pecados te son perdonados.’”
¡Qué impresionante! Ese hombre recibió un milagro no solo por su fe, sino también por la fe y la determinación de sus amigos.
Necesitamos rodearnos de personas así: que no se detengan frente a los obstáculos, que nos impulsen hacia nuestro milagro, que crean en lo que Dios depositó en nosotros y nos ayuden a vivirlo.
Pero no solo se trata de amistades cercanas. Dios también establece conexiones divinas, conexiones de oro, que nos sorprenden.
Personas que jamás pensamos conocer, pero que en el plan de Dios aparecen en nuestro camino para abrir puertas, crear alianzas y desatar proyectos de bendición.
Lo he visto de manera muy especial en Juventud Humillada ante Dios. Este encuentro tan esperado por miles de jóvenes en la región sur no se sostiene únicamente por esfuerzo humano;
es fruto de la intervención y la dirección del Señor. Él ha conectado esta visión con pastores, empresarios, políticos, adoradores, comunicadores, influencers y estudiantes que, con su apoyo, confianza y siembra,
han hecho posible que miles de jóvenes escuchen Su Palabra.
Lo mismo ha sucedido en mi vida personal. Para llegar a ser locutor no bastó con mi talento: necesité la ayuda de personas que me apoyaron y creyeron en mí.
Igual ocurrió en mi camino para ser abogado, dirigir medios de comunicación o escribir libros. En cada etapa, Dios levantó conexiones estratégicas que me impulsaron.
Por eso digo con certeza: cuando Dios está en el asunto, Él conecta tu vida con personas que se convierten en llaves de bendición.
El crecimiento no es casualidad. Para crecer hay que ser intencionales. No llegamos a la meta solos; siempre necesitamos el impulso y la motivación de personas que Dios pone a nuestro lado como instrumentos para levantarnos, inspirarnos y acompañarnos en el proceso.
La Biblia está llena de ejemplos de estas conexiones divinas:
- Pablo y Timoteo. Pablo no solo fue un apóstol, sino también un mentor espiritual. A Timoteo lo consideraba un hijo en la fe, guiándolo en la santidad, la pureza y el conocimiento de la Palabra.
“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.” (2 Timoteo 1:6) - Moisés y Aarón. Aarón fue el hermano mayor de Moisés, y juntos fueron instrumentos de Dios para liberar a Israel de Egipto (Éxodo 7:1-7). Este relato nos muestra cómo Dios puede unir a dos personas con roles diferentes para cumplir un mismo propósito.
- David y Jonatán. Quizás una de las amistades más hermosas relatadas en la Biblia. 1 Samuel 18:1-5 describe cómo “el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo”. Ambos hicieron un pacto de amistad sincera y desinteresada.
Cada una de estas historias nos recuerda que Dios nos impulsa a través de círculos de fuego: amistades, mentores y conexiones divinas que encienden la fe, fortalecen la visión y nos empujan hacia el propósito eterno.
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Sobre el Autor
Anthony Franco Montero es abogado, escritor y conferencista internacional. Ha dedicado su vida a inspirar a las personas a descubrir y vivir con propósito, trascendencia y legado. Su formación jurídica le ha permitido desarrollar una visión clara sobre la justicia, la ética y los valores, principios que también nutren su faceta como autor y comunicador. Es autor de los libros “Promesas: lo que Dios quiere que sepas hoy” y “Más Allá del Éxito: Vivir con propósito, trascendencia y legado”, obras en las que combina la fe, el liderazgo y la motivación personal para guiar a sus lectores hacia una vida plena y significativa. Además, se desempeña como director de Radio y fundador de espacios de formación en comunicación, desde donde ha preparado a decenas de jóvenes que hoy impactan a la sociedad con su voz, conocimiento y valores. Es también el organizador de Juventud Humillada ante Dios, una concentración que reúne a miles de jóvenes de todo el sur de la República Dominicana en un mover de sanidad, liberación y avivamiento. Está casado con Roselly Romero, con quien ha procreado a su primogénita, Roseanth Elizabeth, constituyendo una familia cimentada en la fe y el compromiso con los valores cristianos. Con un mensaje centrado en la fe, la integridad y el liderazgo transformador, Anthony Franco Montero se ha convertido en una voz influyente que inspira a individuos y comunidades a alcanzar su máximo potencial y dejar huellas que trascienden generaciones. Como conferencista, ha llevado su mensaje a Estados Unidos, Cuba, El Salvador y Brasil, y su pais de origen, Republica Dominicana, motivando a individuos y organizaciones a descubrir su propósito y construir un legado significativo.